La Comisión Antiviolencia ha decidido posponer una semana más, hasta el próximo jueves, la decisión sobre el asalto violento al palco de El Sardinero que se produjo el pasado 8 de enero con motivo de la disputa del encuentro de ida de los octavos de final de Copa del Rey frente al Almería. El organismo, dependiente del Ministerio del Interior, no había recibido aún toda la información necesaria para poder emitir un veredicto. Tras reunirse ayer en Madrid, Antiviolencia solicitó «más datos» a la Policía y al resto de cuerpos de seguridad presentes en el estadio santanderino, según informaron a este periódico fuentes cercanas al Comité.
Los aficionados verdiblancos podrán presenciar el encuentro liguero del próximo domingo en los Campos de Sport ante el Guijuelo. El club cántabro, de momento, no será sancionado por los incidentes en el que un grupo de ultras agredió al presidente del Racing, Ángel Lavín, al del Almería, Alfonso García, a un guarda de seguridad y a directivos del conjunto andaluz.
Y es que Antiviolencia no ha podido recabar todas las piezas del puzzle. La Policía Nacional no realizó ninguna detención tras el partido y, a parte de las imágenes que se emitieron por televisión, sólo cuenta con la información que el colegiado del encuentro reflejó en el acta. «En el minuto 56 del partido, una parte de los seguidores del Real Racing Club se desplazaron desde la grada de uno de los fondos hasta el palco presidencial protestando contra el mismo, interviniendo la fuerza pública. Estos hechos no afectaron al desarrollo del partido», escribió Iglesias Villanueva.
Tampoco la Policía Nacional detuvo a ninguno de los implicados en el altercado. Sin embargo, lo que sí ha hecho es citar durante estos días en torno a cuarenta jóvenes con el objetivo de identificar a los autores de las agresiones. Una tarea en la que no ha tenido éxito y que, por lo tanto, no ha podido notificar a la Comisión Antiviolencia. El organismo -que está compuesto por un miembro del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Consejo Superior de Deportes, Federación Española de Fútbol, Liga de Fútbol Profesional, Fiscalía General del Estado y Ministerio del Interior-, mantuvo ayer su reunión semanal. En la misma analizaron los incidentes registrados en otros estadios pero, en la nota emitida por el organismo, no hubo ninguna mención al Racing-Almería.
Fuentes de Antiviolencia comentaron que «suele ser habitual» que la información requerida tarde en llegar «porque los que lo deben enviar son distintos organismos» que pueden tardar varios días en recabar todos los datos. Así que la sesión de ayer se levantó sin analizar lo sucedido en Santander. En Madrid son conscientes de los incidentes registrados en El Sardinero, pero prefieren esperar a la próxima semana -la reunión se producirá el jueves 23 de enero-, antes de decidir sobre el caso.
La sanción, en el aire
Nadie del Comité Antiviolencia ha querido confirmar si habrá sanciones. La poca información con la que cuentan y el hecho de que la Policía no practicara detenciones podría ser un obstáculo para poder interponer una multa económica a los aficionados ultras que asaltaron el palco. De hecho, podría ser el propio club el que recibiera el castigo por no haber dispuesto los medios necesarios para impedirlo.
Tampoco se sabe si el Racing corre el riesgo de que el castigo se limite a una importante multa económica, suponga cerrar los Campos de Sport por un periodo de tiempo determinado y obligue al club a jugar en otro estadio o se le sancione con la disputa de un determinado número de encuentros a puerta cerrada. Actualmente, a lo que se aferran desde Antioviolencia para investigar el suceso son las imágenes de las televisiones que en ese momento se encontraban retransmitiendo en directo el partido. Además, la secuencia donde se ve a un sector de la afición abandonar la zona norte del estadio y asaltar el palco fue lo más destacado en la mayoría de los informativos nacionales de televisión.
Durante el asalto, el presidente Ángel Lavín recibió una patada en la cabeza y tuvo que esquivar el lanzamiento de asientos, botellas y multitud de escupitajos. Por su parte, un agente de seguridad recibió el impacto de un asiento en su cabeza, que le produjo una brecha para la que necesito puntos de sutura. Además, el presidente del Almería, Alfonso García, también fue golpeado en la cabeza y uno de sus consejeros sufrió un corte en un brazo. Los escasos miembros de la seguridad privada del equipo no pudieron controlar a los exaltados, que se dispersaron cuando apareció la Policía Nacional. García señaló a la finalización del partido que la intervención policial había sido tibia. «Han llegado después de que se fueran los caballos», explicó, antes de anunciar que iba a presentar una queja formal en la Federación Española, de la que es directivo.
Fuente: El Diario Montañés