Jueves, 07 de noviembre de 2013

Paco Fernández hace un guiño a la cantera

El portero Adrián Peón, el lateral-extremo zurdo Jesús Puras, el mediocentro Rubén Sánchez y el delantero David Concha cumplieron ayer uno de sus sueños: entrenar con el primer equipo del Racing. Aunque para algunos no fue nuevo, como es el caso de Concha, el resto de jóvenes canteranos recibieron la llamada de Paco Fernández con nervios. El técnico asturiano continuó ayer con su teoría de, al menos un día a la semana, citar a alguno de los juveniles del equipo de División de Honor para compartir entrenamiento. Los cuatro se mezclaron entre los 'mayores' y completaron la sesión vespertina. Hoy repetirán. «Estar aquí es cumplir el sueño que tuve cuando llegué al club», reconocía Puras, hijo del famoso piloto cántabro. Para Adrián Peón era «un premio» y en el caso de Rubén la convocatoria de ayer era «una oportunidad que se debe aprovechar para aprender». Por su parte, Concha, referente de la 'cosecha' del 97 que entusiasma en el fútbol juvenil nacional, empieza a acostumbrarse. Paco Fernández ya contó hace unas semanas con él en un entrenamiento específico que organizó con los delanteros y -junto a algún ojeador del fútbol base- es uno más de los que se han fijado en él. «De Adrián Peón (nacido en 1997) podría decir que es el futuro. Después de Mario y Sotres, este chaval es el próximo. Rubén Sánchez (1996) es un llegador, tiene algo muy importante que es el gol. Chus Puras (1996) es 'gas'. Un correcaminos. Y Concha (1996), un jugador diferente que además tiene gol», afirma Raúl Pérez, entrenador del Racing Juvenil de División del Honor.

Paco Fernández, maestro de profesión además de entrenador de fútbol, hizo ayer un nuevo guiño a la cantera. Dirigió a las categorías inferiores del Oviedo y conoce la necesidad de formar a los 'talentos' y sobre todo cómo hacerlo. «No hay que tener prisa. Al chaval no hay que sacarle de su entorno. Él tiene que seguir estudiando y haciendo lo que hace, pero es bueno ir metiéndole y que tome contacto», indica el asturiano cuando se le pregunta por Concha, una de las mayores joyas de la cantera que podría salir del club a precio de ganga si llega una oferta interesante que pueda dejar algo de dinero en una institución en apuros. El míster lo dijo al salir de un entrenamiento. Fue un comentario sincero y sin micrófono delante, pero se trató de toda una declaración de intenciones. «Estoy centrado», responde el joven delantero a ese talante que le aconseja Paco Fernández.

La base, una obligación

La cantera pide paso, sin embargo este hecho no debería ser noticia y sí algo absolutamente habitual y rutinario, más aún en tiempos de estrechez económica y militando en una categoría tan modesta. «¿Qué es la cantera? Es aquello de lo que se echa mano cuando no hay dinero», recordaba una y otra vez Juan Carlos García, excapitán del Racing en los años 80 y 90 y actual alcalde de Santa Cruz de Bezana. La historia del club santanderino está repleta de ejemplos en los que un descenso de categoría o un periodo de penuria económica era el preámbulo perfecto para que el primer equipo estuviera compuesto -prácticamente al completo- por jugadores formado en la casa. Todo el mundo lo daba por hecho. Calidad y 'hambre'. Con estos dos atributos, el salto al conjunto profesional en otras épocas estaba garantizado. Sin embargo, en el actual Racing, tan sólo hay cinco canteranos: Mario, Sotres, Barrio, Saúl y Koné (costamarfileño, pero formado en las categorías inferiores verdiblancas). Algo insólito.

El pasado domingo, el Racing jugó un partido de máxima rivalidad ante el Oviedo, y en la alineación titular tan sólo Dani Sotres aparecía como el único representante de la cantera. En el banquillo, como suplente, completó el exiguo repertorio Saúl, que dispuso de unos minutos. Nadie más. Ni tan siquiera hubo más cántabros.

Sin comparación

Las prisas y la obligación por ascender no son un argumento valido para explicar la causa de una situación tan anómala. Siempre hubo deseos ambiciosos y jamás se dejó a un lado la política en la que la cantera fuera la piedra angular de cualquier proyecto. De esta manera se explica que en aquella plantilla que logró el ascenso a Segunda División en la campaña 1990-91 -después de su efímero paso por la división de bronce- militaran José Ceballos, Pinillos, Revilla, Gelucho, Javi Roncal, Óscar Salceda, Geli, Esteban Torre o incluso Juan Carlos García, entre otros, que tras jugar la fase de ascenso y lograr el éxito colgaría las botas después de doce temporadas vistiendo los colores verdiblancos. Todos ellos fueron formados en La Albericia. Ese ramillete de jugadores se convertiría en la base del Racing los siguientes años. Dos más tarde, a ese grupo de futbolistas se les unió un par de refuerzos -Pineda y Mutiu- y algún otro 'canterano' con galones, como Quique Setién, y sumaron un nuevo ascenso con acento cántabro, esta vez a Primera. La teoría siempre fue fichar sólo a aquel jugador que marcara diferencias, el resto tenían que ser de casa. Este año se han firmado trece futbolistas y ninguno de ellos es cántabro. Todo profesional es siempre bien recibido en la entidad cántabra, pero del mismo modo supone un freno absoluto a la salida de talento de los 'chavales' que crecen en La Albericia.

Fuente: El Diario Montañés 


Publicado por Castro2 @ 18:05 | 0 Comentarios | Enviar

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