Las aspiraciones del Racing de quedarse en Segunda División se van difuminando. Mientras en Miranda ríen, en Santander fruncen el ceño. La conversión del Mirandés en Sociedad Anónima Deportiva se da por hecho en la localidad burgalesa y con ello, el descenso definitivo del Racing es, prácticamente, una realidad. Hoy, a las 20.00 horas, finaliza el plazo de la primera fase de participación, aquella destinada a los socios, y los resultados serán los previstos con antelación. Se espera cubrir alrededor del 40% del capital necesario, es decir, algo más de 800.000 euros. A partir de mañana comienza la segunda parte de este proceso ineludible y obligatorio para que el club pueda mantener la categoría. Durante la segunda parte, fuentes cercanas al propio Mirandés, entre ellos su presidente, Ramiro Revuelta, confirmaron durante este fin de semana que la entrada de un grupo de empresarios de Miranda, además, de la implicación activa de la directiva de la entidad burgalesa es un hecho y por ello, los algo más de 1,5 millones de euros que restan para completar el presupuesto llegarán antes de las 20.00 horas del próximo viernes, día 28 de julio.
Capital de Miranda
La llegada del capital se ha hecho esperar más de la cuenta, circunstancia que hizo albergar esperanzas al Racing y a su entorno desde los primeros compases del proceso. En aquellas fechas, las previsiones eran muy negativas y las puertas se le cerraban a la entidad burgalesa, sin embargo todo ha cambiado y el objetivo, prácticamente, está cumplido. La corriente más conservadora del club, los socios más antiguos, se mostraron muy reacios a admitir la conversión en SAD. Para este nutrido grupo de simpatizantes siempre ha sido preferible descender a Segunda B y mantener la propiedad del club en manos de los propios socios, que entregar la entidad a la llegada de un nuevo capital. Este panorama ha sido determinante para remover a la industria y al sector empresarial de la localidad burgalesa, que finalmente ha decidido implicarse en el proceso, ya que de ninguna manera, según admite el entorno del Mirandés, se hubiese permitido la entrada de un inversor extranjero.
Al Racing se le viene abajo su castillo de naipes, ya que su deseo de conseguir en los despachos la ansiada permanencia cada vez está más complicado. Ni tan siquiera aquellos que recuerdan lo ocurrido hace diez años con el Burgos hace albergar algún atisbo de esperanza. Hace una década, el club del Plantío logró ascender a Segunda y se vio en la misma tesitura de convertirse en SAD. Cuando la sociedad burgalesa, como ocurre en Miranda actualmente, daba por hecho el objetivo, en los últimos días todo se fue al traste.
Fuente: El Diario Montañés