Un partido a vida o muerte. El reloj del Racing lleva un tiempo que corre hacia atrás. Sus agujas parecen tener prisa por marcar el final. Hoy, a las 17.00 horas, en El Sardinero, el equipo debe ganar al Real Madrid Castilla si quiere seguir dándole cuerda a ese reloj. Ganar para seguir vivo. Esta tarde se juega la primera final de las cinco que aún le restan en el camino de la permanencia. A El Sardinero no le queda otra que encomendarse a los once elegidos de Alejandro Menéndez para continuar soñando y sumar más renglones a una historia ya centenaria. Algunos de los aficionados que hoy acudirán al estadio pensarán que podían ser mejores, los habrá que piensen que no han rendido lo suficiente, pero lo cierto es que son los únicos que pueden ganar el partido. «Son los que están y hay que tener fe», indicó el técnico. El destino en sus manos.
Menéndez introducirá dos novedades en el partido de hoy, Assulin y Quini. El israelí sustituirá a Jairo en la banda y el delantero volverá a una alineación después de varias jornadas sin contar. Dos cambios por obligación. El resto del equipo será el mismo que en los últimos cuatro partidos mejoró, apretó a sus rivales, corrió más que otras veces, pero siempre perdió. Siempre. Durante el mes de abril, el Racing fue el único equipo -junto al deshauciado Xerez- que no sumó ni un punto. Los mereció, sí, pero los méritos no figuran en la tabla. Aún así, al entrenador le siguen pareciendo los mejores. Pinto, Crespí, Bocanegra y Francis repiten en la línea defensiva. El mallorquín se recuperó a tiempo y, de nuevo, con molestias, formará con el americano en el centro de la zaga. «Estamos defendiendo bien», añadió el técnico. Seis goles encajados en cuatro partidos no está mal, pero no es suficiente para salir de los puestos de descenso. A pesar de todo, la defensa no es lo que más preocupa.
El verdadero potro de tortura de este Racing es el gol. Es en ese capítulo en el que suspende hasta el punto de que sólo el Xerez, último y descendido, es menos eficaz que los cántabros. Cuando un equipo se refuerza en el mercado de invierno con dos delanteros y entre ambos suman tres goles en 17 partidos, el resultado no puede ser muy bueno. Quini y Juanmi no han dado una nota todavía. El primero juega hoy porque el equipo necesita cambiar algo y el segundo no lo hará porque más de 1.000 minutos sin marcar hablan por sí solos. Acompañando al madrileño estará Koné. El costamarfileño será titular casi por obligación. Sus cinco goles le sitúan como el ariete más certero y, además, tiene una velocidad superior al resto. No obstante, lleva más de mes y medio sin ver puerta. Con 'Kalu' descartado y con Ferreiro destinado a otros menesteres, el 'negro' (como le llaman sus compañeros) volverá a desquiciar a los defensas rivales y, quién sabe si un poco también, a los aficionados racinguistas con su falta de puntería. El debate sobre si el jugador es más un revulsivo que otra cosa lo cerró Menéndez. «No me planteo sacarle al final».
Nervios y tranquilidad
Por otro lado, en la línea que queda para componer la alineación, el centro del campo, el asturiano se queda sin comodines. Con Andreu, su hombre de confianza, el de la pausa, el del pase en corto y la posesión de balón fuera de la convocatoria por lesión, Gullón volverá a ser una medida de urgencia. Un jugador discreto para un puesto crucial. Al lado de él, afortunadamente estará Yuste, el mejor de los racinguista con diferencia. Ellos serán los encargados de unir al equipo, de que no exista un mundo entre los delanteros y la defensa y de cortar el suministro al Real Madrid Castilla. Muchas funciones, pero son tiempos en los que toca trabajar más por menos. La crisis también azota al fútbol.
El último hombre de Menéndez en el 'once' de hoy, Ferreiro, es el que mejor escenifica la temporada del Racing. Un jugador vistoso, con intención y del que sus rivales hablan bien, pero que ha sido incapaz de marcar un gol en todo el año. Su rapidez en banda y su cambio de ritmo, los mismos argumentos de su 'socio' hoy en la otra banda, Assulin, espera el e entrenador del Racing que sean suficientes para sorprender a un Real Madrid Castilla que juega siempre, como buen filial, adelantado.
Todo este entramado que prepara el técnico del Racing para ganar el partido más importante de la historia del club, va destinado a superar a un equipo que llega a Santander poco más o menos que de visita. No se juega nada. Absolutamente nada, aunque si gana tendrá la salvación matemática conseguida. Ya hizo todo lo que tenía que hacer y para él, lo de hoy, será un entrenamiento con equipajes. El equipo de Alberto Toril, el técnico que desafió a Mourinho, va de récord. Con 71 tantos ya es el filial madridista que más tantos ha marcado en la historia y por si fuera poco tiene a Jesé que es el jugador que más goles anotó en el segundo equipo 'merengue', por delante de Butragueño. Sin Morata, convocado por el portugués para el primer equipo, los blancos saldrán a El Sardinero con ganas de llegar a la meta rival y sin presión. No hay nervios. Para ellos el mes de abril fue todo lo contrario que para los cántabros; cuatro triunfos, en cinco partidos. Se enfrentan dos dinámicas completamente distintas.
Vida o muerte. Puede parecer el anuncio de una recompensa, pero no es más que la tozuda realidad de un equipo que se juega su existencia en 90 minutos.
Fuente: El Diario Montañés