Comienza la era Menéndez. El reloj del asturiano y el del Racing se han sincronizado y mañana, a las 17.00 horas, comienzan su cuenta atrás particular. Catorce partidos por delante y un margen de error mínimo. Los dos se la juegan. El equipo ha tocado fondo y el entrenador llega con ganas de tocar el cielo, tras dos años en el dique seco. Hoy es domingo, día de fútbol, y El Sardinero recibe al Real Murcia, un conjunto que lucha por lo mismo que el Racing, sobrevivir en una categoría que les ha cogido a contrapié. Así de descolocada se encuentra aún la afición racinguista después de una semana de lo más turbulenta. Y eso que a todo se acostumbra uno, pero a pesar de los últimos dos años en los que se produjo la llegada de Alí, la Ley Concursal, el descenso y los Juzgados, nunca antes el equipo santanderino había tenido cuatro entrenadores en una misma temporada. El pasado martes se desencadenó una nueva tormenta con la destitución de Aurelio Gay, el tercero de la lista, tras Unzué y Fabri. Su marcha sorprendió, pero más aún sus palabras en las que tildó de «poco comprometidos» a los jugadores. Éstos se apresuraron a defenderse como «profesionales con mayúsculas». Es decir, un cruce de improperios nada recomendable para preparar un partido como el de hoy, en el que se juegan la vida.
Un par de horas más tarde apareció por El Sardinero Alejandro Menéndez, el responsable de lo que ocurra hoy en el campo, para hacerse urgentemente con las riendas de un equipo al pairo. Menéndez aceptó la propuesta, entre otras cosas porque era la tercera vez que se fijaban en él y porque tiene mucho que ganar y poco que perder. El Racing parece un juguete roto que nadie sabe arreglar. «Creo que puedo ser el entrenador ideal en la situación en la que se encuentra este equipo», fue lo primero que dijo el gijonés nada más presentarse. Un mensaje de optimismo en medio de una semana de banquetazos.
Observar, analizar y actuar. Menéndez trabaja contra el tiempo. Después de que un entrenador llamase «malos» a los miembros de la plantilla y de que el otro los llamase poco menos que vagos, el asturiano se ha propuesto recuperarlos a todos de inmediato. Su primera lista de convocados es la confirmación del trabajo de alistamiento para la causa que ha llevado a cabo durante toda la semana. Charla a charla se ha tratado de ganar a los jugadores. Vuelve Kaludjerovic, defenestrado por el anterior técnico y apartado por el club desde hacer tiempo, también Luque, y regresan, Ferreiro, al 'once' inicial, y, Jairo, a la lista y a la alineación. Destaca la exclusión de Bouazza, pero todos no pueden estar, aunque ese sería el deseo del técnico.
La necesidad de ganar es tan grande que Menéndez goza de la mayor de las confianzas. No importa que en su trayectoria no haya apenas experiencia en la categoría, ni tan siquiera que haya sido elegido por la amistad que le une al director deportivo, Emilio de Dios. Al aficionado sólo le importa que acierte hoy. «Siempre he cumplido con lo que me encomendaron», añadió el asturiano. No mintió. Lo hizo en el Sporting (juvenil), también en el Celta (salvó al equipo del descenso) e, incluso en el Real Madrid Castilla (Mourinho le defendió tras su destitución). Ahora tiene otra misión.
Sólo piensa en fútbol
Es un hombre de fútbol y en este camino de apenas tres meses que tiene por delante es lo único que le puede salvar. A él y al Racing. Ha entrenado cuatro días, pero no se ha cansado de admitir que conoce a la plantilla y que ha visto jugar al Racing muchas veces este año. Al menos lleva camino andado. Conociendo sus virtudes y sus defectos, el entrenador lanzó un mensaje claro y sin excusas. «Cuando el equipo es atrevido juega mejor». Directo. Se lo dijo a Andreu, Francis, Ferreiro, Óscar Pérez y así con casi todos. A Jairo también se lo advirtió, aunque al cántabro también le hizo ver que su pasado está olvidado y que se le necesita. Con todas las cartas sobre la mesa, el trabajo anímico cumplido, sus intenciones anunciadas en rueda de prensa, su apuesta personal por venir a un club que pulula cual funambulista sobre la cuerda del descenso, se calzó la botas, se puso en chandal y saltó al campo. A partir de ahí, tan sólo se le ha escuchado hablar de fútbol.
Hoy su equipo será distinto. En defensa tampoco hará cambios, salvo los obligados. Francis, Yuste, Crespí y Docal formarán la línea de cuatro. Docal sustituirá a Pinto, lesionado. Con Bocanegra mantuvo una conversación el pasado viernes. Sabe que lo necesita, pero, por el momento, Crespí le gana la partida. Para el centro del campo, Andreu y Gullón. El catalán es el futbolista distinto y basta con cuatro entrenamientos para darse cuenta. Estos seis futbolistas son la base del equipo. Ellos deben mantener el orden, atrincherarse si es necesario y darle salida al balón. A todos ellos, Menéndez tan sólo les ha variado una cosa: su posición. Hoy se les verá a todos ellos un poco más adelantados o lo que es lo mismo, más atrevidos.
Los cuatro futbolistas que restan en la alineación serán los encargados de definir. Regresan Ferreiro y Jairo a las bandas. Cuando un equipo tiene a dos de los jugadores más rápidos de la categoría para jugar en la banda y nos los pone, algo raro ocurre. Sólo Gay tiene la respuesta, pero el madrileño es pasado y Menéndez, presente. En punta, hoy jugarán Quini y Juanmi. Los dos refuerzos de invierno a quienes se les exige que cumplan de una vez con los pronósticos.
El sistema es un 4-4-2 puro y duro, en el que los dos pivotes guardan la posición y se incorporan desde la segunda línea al ataque, en el que los hombres de banda ayudan a su lateral y en el que los delanteros son la referencia a buscar. Con esta forma de jugar, su modo pausado de dar explicaciones y su acento, algunos hoy, si el Racing supera al Murcia empezarán a ver en Menéndez algo de su paisano Marcelino.
Fuente: El Diario Montañés