La primera pudo ser casualidad. Pero la segunda es confianza. José Aurelio Gay le ha dado a Koné el papel estelar en una delantera parecida a una pensión. Porque por el puesto de punta en el Racing han pasado este año unos cuantos, pero ninguno se ha quedado mucho tiempo. Ahora, y tras el partido en Guadalajara, la plaza parece tener dueño. Pero la cita manchega dejó, además, dos notas secundarias (pero interesantes) en esa demarcación de ataque. Volvió Saizar, el desterrado, y Dorca, por fin, encontró una posición en la que aportó algo útil.
A Koné lo puso Cúper por obligación el pasado año. A la desesperada. Por si su velocidad podía compensar la falta de todo que tenía su once. Pero, más allá de su fútbol 'gaseosa', cargado de efervescencia pasajera, la idea se quedó en eso y el chico volvió al filial (en el que ni siquiera era un indiscutible). Desde entonces, la ficha del delantero ha estado llena de etiquetas a las que no faltaban razón. Mucha velocidad, sí. Pero un juego atolondrado, demasiado loco y hasta un punto ingenio. No muy hábil con el balón en los pies y con la bota torcida a la hora de ver puerta. De los de echarse el balón adelante y poco más. Fabri también recurrió a él de una forma similar a la de Cúper. Primero para suplir a Saizar y, después, a Andrija.
Koné, en esa etapa, sí que se ganó algo. Porque el chico le ha puesto arrestos cada vez que ha salido y pocas veces ha estado peor de los que le han cerrado el paso a la titularidad. Revolucionó algún partido y hasta anotó. Pero, con todo, las etiquetas seguían pegadas a su camiseta. Hasta el sábado. A la velocidad y al ímpetu, le sumó todo lo demás. Anotó uno, pero pudieron ser más. Ganó la espalda a los defensas, se sacó dos sombreros de la chistera y hasta supo jugar de espaldas cuando le lanzaron cañonazos desde la defensa cántabra. Remató con el pie y con la cabeza y supo, incluso, caer a banda y cambiar de 'papel' con Bouazza (buena la conexión entre ambos) o con Dorca. Fue, de largo, su mejor partido. Y Gay 'sacó pecho'. «Nos da profundidad y gana en velocidad a la mayoría de los defensas centrales. Es un chico con un potencial enorme». Porque él, a diferencia del resto, no lo usa de último recurso. Dos partidos y dos veces en su once. «Me voy contento con el gol, pero es una pena que no haya servido para conseguir los tres puntos. Merecimos más, y vamos hacia arriba», dijo el jugador. Si Koné sigue así hay futbolista y sobrarán unas etiquetas que tenía bien ganadas.
Luego está Saizar, que fue objeto hasta de cierta mofa en el arranque liguero y de una guerra interna entre los que se repartieron el club. Porque Saizar, bueno o malo, pagó los platos rotos del 'castigo' a Manolo Saiz. Fue el chivo expiatorio para que Harry y Fabri cargaran al torrelaveguense la culpa de diseñar mal la plantilla. No es difícil recordar al extécnico gallego girándose hacia la grada para decir un 'respetuoso' «¿y a quién queréis que ponga si no tengo a otro?».
Tampoco aquello de que al delantero, bueno o malo (la insistencia es porque esa cuestión es otro debate), le dijeron el día antes de enfrentarse al Sporting, nada más arrancar la temporada, que fuera haciendo las maletas. Y no volvió a jugar más después de esa mañana, pese a que Fabri probara con Andrija, con Koné, con Ferreiro, con Jairo, con Assulin y con nadie. «Partimos de cero», apuntó Gay en la sala de prensa. Un mensaje que, incluso, le viene bien para 'desmarcarse' aún más de la directiva en su quehacer.
Nueva posición
Falta Albert Dorca, tan titular como desapercibido habitualmente. Ha contribuido poco en el pivote y nada en banda. Y no por no correr, sino por conectar poco y no muy bien con la pelota. En Guadalajara, de segundo delantero, aportó cosas interesantes. Buenos balones interiores para las combinaciones de Koné y Bouazza, presión y juego aéreo. No es poco.
En resumen, Gay ha basado su delantera en los actores secundarios. ¿Y Andrija? Ya complementario al final de la 'era Fabri', jugó poco más de 20 minutos ante el Sabadell y, en el Pedro Escartín, ni siquiera un segundo.
Fuente: El Diario Montañés