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Álvaro Cervera se despidió ayer de los Campos de Sport de El Sardinero «decepcionado» con su labor al frente del cuerpo técnico del Racing. Reconoció no haber estado «a la altura de un equipo de Primera División» y, además, dijo marcharse guardándose «muchas cosas» que utilizará «el día de mañana como experiencia».

El, hasta la fecha, entrenador del Racing ha vuelto a reconocer que su etapa al frente del equipo, en la que ha cosechado tres puntos de 39 posibles y no ha logrado ni una sola victoria, ha sido «muy mala». Asegura que tiene parte de responsabilidad en el descenso, sobre todo «en cómo se han producido muchas de las derrotas durante este tiempo», pero considera que no es «el principal culpable».

Una vez conocido el balance de su paso por el banquillo verdiblanco, el «decepcionado» Cervera «hubiese cambiado muchísimas cosas. Cuando vine y dije que iba a cambiar cosas lo intente hacer, vi que no era el remedio porque los cambios no sentaban bien, y ahora sí haría cambios, pero no de quitar y poner, sino drásticos».

En lo que se refiere al partido, el -hasta ayer- técnico verdiblanco lamentó que, aunque Osasuna tuvo ocasiones claras para marcar gol, éstos llegaron de forma «muy extraña», y que este tipo de «cosas raras vienen pasando desde hace mucho tiempo». Justificó el cambio de Adrián como «obligado», por molestias de Picón, y el de Kennedy «porque a Julián -Luque- le veía cansado». Eso sí, señaló que acabó el partido «mucho más tranquilo» que el encuentro anterior frente al Zaragoza en La Romareda. El de la polémica bronca en el vestuario. De hecho, afirmó que «a partir de ahora voy a encontrar una vida mejor».

En lo que se refiere al futuro del Racing, Cervera opinó que «pasará por quién maneje el Racing, no por el entrenador que tenga». Indicó que «hay que apoyarse en jugadores como Mario, Álvaro, Jairo o Quique Rivero para hacer un equipo de casa y sólo traer de fuera lo que haga falta. Si lo vamos a hacer al revés, pasará un poco más de lo mismo».

En cuanto a su futuro personal, el técnico explicó que va a intentar entrenar, «si pudiera mañana mismo», porque «es lo que me gusta». Intentará «encontrar un grupo que trabaje y que tenga objetivos» e integrarse. «Doy la sensación de que estoy enfadado todo el día, pero yo soy feliz entrenando».

Fuente: El Diario Montañés