Una exministra habló en cierta ocasión -no hace demasiado tiempo- de «brotes verdes» para referirse a síntomas de mejoría en el apabullante panorama de la crisis económica. Cuesta no encontrar paralelismos en la situación que atraviesa el Racing que, a día de hoy, parece irremediablemente disparado hacia la Segunda División, pero que aún ofrece a la hinchada muestras de que existen valores que librar de la poda. Entre ellos, la portería, donde últimamente se ha confirmado que hay vida más allá de Toño. Incluso, de Mario Fernández. El partido ante el Málaga -la enésima visita del equipo a sus demonios- sirvió, al menos, para asistir al debut de Dani Sotres en la máxima categoría del fútbol español.
Una primera vez que, como no podía ser de otro modo tal y como están las cosas en la casa verdiblanca, tuvo un sabor agridulce para este cancerbero de 18 años, nacido en Santiago de Cudeyo. «Estoy muy contento por debutar, pero también triste por la derrota», admite Sotres, quien además se estrena estos días en el cara a cara con los medios de comunicación, pero sin dar la impresión de malestar o inquietud. El lunes, ante el Málaga, fue otro cantar. «Al principio estaba un poco nervioso, pero luego, nada más saltar al césped, me olvidé de todo y me sentí bien». Falta hacía esa tranquilidad, sobre todo con la que estaba cayendo, y con todo el ejército malaguista -Van Nistelrooy incluido- con las armas cargadas. Pese a recoger en dos ocasiones el cuero de las redes, tuvo también actuaciones de mérito. «Hombre, te meten dos goles y siempre piensas que en alguno podrías haber hecho algo más, pero, en líneas generales, lo hice bastante bien y estoy contento».
En las distancias cortas, el portero ofrece una mezcla de desparpajo y timidez, propios de su edad. La responsabilidad de este joven, estudiante de primero de Magisterios en la rama de Primaria, demuestra que le quedan cosas por decir, pero se las guarda. Sin embargo, parece sincero en sus afirmaciones. Sin duda, la educación que ha recibido de sus padres Carlos y Marina -ambos docentes, él de francés en el Instituto de El Alisal; ella, en el Centro de Adultos de Camargo- le han dotado de herramientas para salir al paso de cualquier cita con la prensa.
En todo caso, para un muchacho que aún no ha entrado en la veintena, nadar en aguas tan revueltas como las racinguistas no puede ser plato de buen gusto. «En lo personal para mí ha sido un buen año, pero a nivel colectivo, estamos como estamos. No damos nada por perdido, pero sí que la gente está 'jodida'. Aunque intentamos animarnos, y nos decimos que hay que tomárselo con calma. Si tenemos que bajar, bajaremos, pero luchando siempre hasta el final».
Siempre preparado
Ya llevaba tiempo Sotres preparado para el envite. No era la primera vez que entraba en una convocatoria del primer equipo. «Siempre hay que estar preparado -afirma-. Y, bueno, ha tocado y ahora hay que seguir adelante».
Para Sotres, el papel de los veteranos de la plantilla en estos momentos es fundamental. «Ellos están tirando del carro. Nos dicen que tenemos toda la carrera por delante, para que estemos tranquilos».
En esta línea, no parece que el vaivén de entrenadores y la problemática institucional hayan afectado a su rendimiento. «Yo he intentado quedarme un poco al margen porque, además, suelo jugar con el filial -declara-. Cuando he subido a entrenar con el primer equipo me he dedicado simplemente a eso».
Asimismo, y lejos de seguir el tópico de que los porteros de una plantilla se pasan la existencia poniéndose la zancadilla unos a otros, Sotres ensalza la buena relación entre los compañeros. «Con Mario me llevo muy bien, es una persona fantástica. También con Toño y Pedro Alba. Hay un ambiente genial entre nosotros», dice.
Por ahora, su buen hacer le ha encaminado hacia la selección Sub19, de la que es técnico el exportero Julen Lopetegui. Hablar de ello hace que a Sotres se le ilumine el rostro «Estoy muy contento. Debutar es un orgullo», sostiene.
En cuanto a su futuro, no quiere dar pábulo a quienes le sitúan en la órbita sevillista. «Yo tengo contrato aquí hasta 2014, y mi intención, en principio, es quedarme, aunque no sé cómo se desarrollarán las cosas».
Fuente: El Diario Montañés