Domingo, 27 de noviembre de 2011

Tziolis, fuera

El entrenador del Racing, Héctor Cúper, respondió ayer contundente a la advertencia del futbolista griego Alexandros Tziolis -«si no juego, me marcho»- dejándole fuera de la lista de convocados para la 'final de las necesidades' que el equipo disputa hoy en Mallorca, donde el técnico argentino no quiere insurrectos sino fieles a la causa, por mucho que parezca que la causa está perdida.

«Hay que remar con remeros que empujen», dijo el viernes Cúper. Así que antes de que el futbolista se lance por la borda de la trainera, el entrenador ha decidido arrojarle él mismo. Sin contemplaciones. A partir de ahora, el Racing y el heleno bracearán por separado buscando tierra firme.

Anclado en el desmoronamiento institucional, social y deportivo, al Racing, en la ruina financiera, sólo le faltaba ya una sublevación para terminar de cavar su tumba, meterse en el ataúd y bajar la tapa. Y así lo ha entendido la plantilla -que lleva un año y pico sin querer coger la pala- hasta que, el viernes, en plena lid por la supervivencia, uno de ellos se declaró en rebeldía abriendo un boquete en el amor propio del vestuario.

Que Tziolis se quiera marchar es, hasta cierto punto, entendible. El Racing le debe mucho dinero que nadie sabe ni cómo ni cuando le va a poder pagar y, por no darle, no le está dando ni la oportunidad de jugar los minutos suficientes como para convencer al seleccionador de Grecia, Fernando Santos, de que puede contar con él para la próxima Eurocopa, que es la principal razón de ese gesto rebelde. No dijo «si no me pagan, me voy». Dijo «si no juego, me voy».

La peor manera

Y que Tziolis eligió la peor manera y el peor momento para protestar es, hasta cierto punto, reprochable. Quizá, el futbolista griego debería haber mostrado su descontento de una manera algo más privada. Hacerlo en público ha obligado a su entrenador a contestar en público articulando una medida lo suficientemente contundente como para que su autoridad en el vestuario no sea puesta en entredicho.

Y, quizá, el jugador heleno debería haber manifestado su fastidio en un momento algo menos agitado -alguno habrá- que este actual. Hacerlo a 48 horas de un partido tan trascendental como el de hoy ha supuesto una sonora bofetada al ajado ánimo de sus compañeros. Sobre todo al de los que juegan menos que él y no se quejan.

Sin Tziolis, un aceptable centrocampista amén de sus altibajos, Héctor Cúper desembarcó ayer en su recordada isla de Palma al frente de una plantilla -griego a parte- cuya capacidad de sufrimiento empieza a resultar ya sorprendente. Y merecedora de una recompensa. Conseguir contra un rival directo una victoria que alce su autoestima y espante sus fantasmas puede ser, de momento, suficiente.

Fuente: El Diario Montañés 


Publicado por Castro2 @ 12:32 | 0 Comentarios | Enviar

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