Dio con ella. Hubo que esperar nueve jornadas pero Héctor Cúper consiguió acertar con la tecla en Sevilla. El técnico argentino volvió a presentar una alineación inédita sobre el terreno de juego del Sánchez Pizjuán y, esta vez, el enésimo experimento del argentino recibió el premio del punto a domicilio. Aunque el sabor de boca fuese amargo. Otros dos se quedaron por el camino en el descuento. Lástima. La mala dinámica y la sequía goleadora se esfumaron de un plumazo con dos zarpazos al contragolpe. Ariel y Jairo culminaron dos jugadas que no parecían propias de lo ofrecido por el Racing hasta ahora en la competición doméstica. Habrá que esperar, eso sí, para ver si el empate apacigua los ánimos de aquellos que esperaban ansiosos las 17.59 horas del próximo domingo. Será el momento en el que El Sardinero dicte sentencia. La 'gradona' aguantará paciente un asalto más o se convertirá en un auténtico polvorín. Una tregua o una explosión verdiblanca de malestar e impotencia ante los últimos acontecimientos extradeportivos que han salpicado la actualidad racinguista durante la última semana. Mejor dicho, durante los últimos meses.
La banda izquierda y la delantera fueron las líneas que soportaron las nuevas notas de la melodía de Cúper en feudo sevillista. Christian recuperó su lugar en el carril, aunque sin daños colaterales. Y es que Cisma también tuvo su sitio, más adelantando, sobre el 'prao' de los de Nervión. Por arriba, otra pareja inédita. Koné y Ariel, Ariel y Koné. El argentino se atrevió incluso a intentar combinaciones inverosímiles con su compañero en la punta de ataque y el africano se mostró muy incisivo. Se vio su faceta más dinámica y agresiva. Aunque desafortunado a veces en los momentos decisivos, no perdió la vista a la portería en ningún momento y generó la jugada del primer gol.
Los mejores minutos
La parroquia del Racing asistió a los mejores minutos de la presente temporada. Orden, derroche físico, presión en campo contrario, combinaciones de hasta tres y cuatro pases seguidos... No se puede pedir más visto lo visto. Sobre todo, teniendo en cuenta el pasado más reciente de los de Cúper. Y eso que la historia prometía volver a culminar con un triste final. Manu del Moral perforaba la meta de Toño en el minuto 36 y devolvía los fantasmas a los aficionados. Esta vez no. Esta vez era otra cosa. Koné sacó el balón en defensa, Jairo aguantó las tarascadas sevillistas, Adrián sacó por fin la chistera y Ariel puso la cara al partido. Diop y Jairo se encargaron de darle la vuelta con el segundo de los zarpazos. Después llegó el jarro de agua fría, la miel en los labios o como prefieran llamarlo. Duele. Y mucho. Queda saber si el punto será suficiente para calmar los ánimos del Sardinero ante el otro equipo de Sevilla. Un punto puede ser poco para apagar un polvorín.
Fuente: El Diario Montañés