«Menos mal que el Valladolid, el Xerez y el otro (Valladolid), han perdido, tío». Así se consolaban dos amigos, ayer, mientras ambos abandonaban el campo con la bufandas verdiblancas al cuello. Los racinguistas tienen la virtud -algunos creen que es un defecto- para resignarse cuando las cosas no salen bien y ayer, con el Real Madrid no salieron.
La tarde dio para mucho. A las cinco, en los alrededores los campos de Sport había ya ese ambiente que sólo se vive una vez al año, cuando viene a Santander el Real Madrid. Nadie se quería perder la ocasión de ver en acción a ese equipo de millonarios que juega al fútbol y además no lo hace nada mal. A las 17.15 horas, en las taquillas del Racing se colgó el cartel de 'sold out', osea, que se habían vendido todas las entradas. Y la verdad es que daba gusto ver el campo, tan lleno (22.222 personas), tan colorido, tan bullicioso, con una zona al sol y otra a la sombra. Y precisamente en la sombra tuvieron esperando más de media hora a los 170 niños que buscaban hacerse un foto con los jugadores antes del partido. La mayoría, unos 140, pensó que era una buena idea irse hacia el campo donde iba a posar el Real Madrid para retratarse junto a CR9. Pero los jugadores del conjunto blanco no hicieron ni puñetero caso a los chavales, que se quedaron sin foto y con cara de haber sido estafados. Tuvieron más suerte los 28 niños que eligieron a los de casa.
En el palco, el más madrugador y primero en llegar fue el gran Severiano Ballesteros, acompañado de su hermano Manuel. Los últimos en aparecer, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, guiado por el presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla y su enorme puro.
Cuando salieron al campo los jugadores del Racing, como manda la tradición, sonó la Fuente de Cacho. No salió perfecta, pero hemos avanzado y ya casi todas las gradas la cantan al unísono. En la salida de los del Real Madrid, pitidos y más pitidos. Eso sí, la gran pitada se la llevó Cristiano Rolando. Al portugués, con una pinta impecable (teniendo en cuenta lo impecable que puede estar alguien vestido de futbolista), no le faltaba un detalle. Pelo engominado-efecto-mojado, piel morena, cuello de la camiseta alzado, y unas preciosas botas rosas que casi 'bailaban' sobre el césped.
El público del Sardinero estuvo ayer como el equipo, bastante entonado al principio, pero a medida que transcurría el tiempo la cosa se fue enfriando. Hubo cánticos. Los de ánimo fueron los de siempre: 'Racing, Racing'; 'A por ellos'; y el típico 'la,la,la'. Los de enfadar al rival fueron algo más graciosos y con mucha mala leche: 'Ese portugués, hijo p... es' (dedicado a CR9); 'Guti y Falete se dan por el ojete'. El árbitro también se llevó lo suyo, aunque nada fuera de lo habitual.
Canales levantó al público de sus asientos en los primeros minutos del partido. El chaval tuvo en sus botas el 1-0, pero la suerte no quiso que le marcase un gol a su próximo equipo. Eso sí, el rubio animó a la grada. Aunque minutos después el gol de penalti logrado por el ídolo portugués se encargó de silenciarla otra vez. 'Ese portugués...'
Desde ese momento y hasta el descanso, hubo algún '¡Uyyyyy!' cuando los nuestros llegaban a ver a Casillas; y bastantes '¡Ufff!' cuando el Real Madrid achuchaba.
En el descanso, lo de siempre, bocatas, puros, cigarros, pipas, refrescos... y ayer, caras de resignación. Sienta mejor la tortilla con el marcador a favor, pero que se va a hacer, «es Real Madrid», parecían decir algunos. Por delante había otros 45 minutos y si algo no pierden nunca los aficionados del Racing es la esperanza.
El segundo tiempo comenzó como el primero, con cánticos de ánimo y apoyo al equipo. Pero el partido entró en una fase un poco aburrida, así que el público buscó algo que hacer. Salieron a calentar en la banda Raúl y Guti. Para el '7' del Madrid, aplausos, pero el mediático centrocampista de la cinta al pelo tuvo que escuchar más de una barbaridad.
El gol de Higuaín, a 15 minutos del final, dejó K.O. no sólo a los jugadores del Racing, sino también a sus seguidores. A partir de ahí el Sardinero sólo aplaudió la entrada al campo de Raúl y la de Marcos Alonso (hijo de Marcos y nieto de Marquitos), al que Pellegrini hizo debutar con el Madrid ni más ni menos que en la tierra de sus antecesores.
Con el partido finalizado, en las gradas del Racing, la gente se consolaba con los resultados de los que van por detrás y hablando de lo qué se puede hacer en el próximo domingo en La Coruña. En las entrevistas de los galácticos, ya sólo se hablaba del Barça.
Los madridistas se marcharon como llegaron: con cientos de personas -jóvenes y féminas en su mayoría- enloquecidas con Cristiano Ronaldo, Casillas y el resto. Y es que el Real Madrid juega bien hasta cuando sale del campo.
Fuente: El Diario Montañés