Lunes, 12 de enero de 2009

La grada se qued? con ganas de aplaudir a Zigic

Seguro que el propio Nicola Zigic hubiese querido protagonizar un regreso triunfal en El Sardinero. Tanto, al menos, como los miles de aficionados que acudieron ayer al campo con todas las ganas de aclamar al delantero más alto y desgarbado de la Liga española.

La intención ya quedó clara incluso antes de que comenzase el partido, cuando el público dedicó una potente ovación al serbio que se dejó oír por encima de las ensordecedores voces del speaker, capaces de incrustar la alineación del Racing entre el yunque, el estribo y el martillo.

Expectación 

Expectación había, y mucha. Y además, fundada, pues era este mismo muchacho el que había besado el santo en cuanto llegó, marcando ese gol en Valladolid que valió tres puntos. Así que fue una pena que ayer no aprovechase las ganas de aplaudir de los racinguistas.

Para que a uno no le tachen de cizañero y envenenador, el mejor escudo son los números. A estas alturas ya cualquiera sabe que en internet es posible encontrar al minuto las estadísticas de cualquier futbolista. Y nada de tantos goles y tantas tarjetas: remates con la pierna derecha o la izquierda, asistencias, pases... Pues bien, las cifras del gigante se resumían ayer en un par de raquíticos numerajos: 1 balón recuperado, 7 balones perdidos. Tampoco es del todo justo, porque aquí, entre las notas cogidas a boli aparecen un tirito raso (minuto 7), un fallo a pase de Serrano (en el 46), un balón que le quitó de la cabeza el portero (58), y otro rematuco al que sí llegó (84). Pero, en resumen, nada.

Pero, ojo, aquí nadie se está metiendo con él, y más cuando el bueno de Nicola encarna todas las esperanzas de que ésta sea una temporada sin demasiados sobresaltos. Ayer, sin ir más lejos, no hubo quien le diera un pase. Uno. Quizás haya que dedicar alguna mañana en La Albericia a practicar la técnica del bombeo de balones.

Contagio 

Si hay que ser sinceros, daba la impresión de que Tchité le había pegado los mareos a Zigic, que anduvo arrastrando las botas por el campo con muy poco salero. Habrá que confiar en que, con un poco de rodaje, recupere su mejor tono, el que dejó tan buen recuerdo. 

Porque no hay duda de que la gente le quiere. Un partido, el de Valladolid, bastó para que los seguidores rescatasen del repertorio las tonadillas que se berrean en la grada. Otro más, el de ayer frente al Recreativo, y casi se le nombra 'heredero' de Merino, con un «¡Zigic, mátalo!» con que se premió su intervención en un amago de tangana.

Vocabulario 

Eso, en lo que se refiere a los supporters. Para los periódicos, lo mismo. Es un chollo. Del Racing, que no es el club más antiguo, ni el más grande, ni el más rico, se puede decir que tiene al futbolista más alto. La otra campaña que pasó aquí casi se agotaron todas las posibilidades del vocabulario para insistir en lo largo que es; hubo que recurrir a esas frasecitas ingeniosas tipo 'un delantero de altura', o 'un ariete de altos vuelos'. 

También dio mucho juego lo de la diferencia de estatura entre Zigic y Munitis. La foto de una pareja tan singular apareció en todas las portadas. Y no lo olvidemos, salía porque entre los dos marcaban todos los goles. Era la versión futbolera del Dúo Sacapuntas que se transformó en Dúo Sacapuntos a base de acierto. ¿Por qué no se va a repetir la historia este año? Si es por fotos, mucho mejor será la de Zigic entre Munitis y Pereira. De entrada, la imagen de ese trío descompensado recordará a la de un señor llevando a los niños al colegio, pero seguro que a alguien se le ocurre algo mejor.

Fuente: El Diario Montañés


Publicado por Castro2 @ 18:50 | 0 Comentarios | Enviar

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