Finlandia no es un país de fútbol, sino de muchas otras cosas que tienen poco que ver con lo que en España no se duda en denominar ‘deporte rey’. No se vive como aquí, no hay tradición, ninguno de sus equipos ha hecho nunca algo que merezca la pena y no cuenta en la liga doméstica con ningún jugador que se conozca más allá de sus fronteras. Sin embargo, un equipo llamado Honka Espoo, con unas limitaciones tremendas que muestra sin ningún rubor, consiguió salir vivo de El Sardinero hace quince días. Precisamente por eso, lo que esta tarde podría haber sido un mero trámite para los hombres patroneados por López Muñiz se ha convertido en un todo o nada, un partido de suma importancia que corre el peligro de echar por tierra el buen trabajo de la temporada pasada para, de paso, acumular más dudas sobre un proyecto que no termina de despegar.
Caer eliminados de la Copa de la UEFA a las primeras de cambio y a costa del Honka Espoo resultaría toda una decepción. No por el hecho de no avanzar en una competición a la que no puede apuntarse cualquiera, sino por hacerlo contra un equipo que está muy por debajo del Racing. En condiciones normales, los finlandeses no deberían poner en ningún aprieto a los cántabros. En Los Campos de Sport no sólo se mostraron como un conjunto inferior y muy limitado, sino que además pecaba de blando, de dejar jugar y carecer de mordiente. Es el rival deseado por cualquiera y, por tanto, los verdiblancos carecen de excusa alguna para no colarse en la fase de grupos a no ser que los de Espoo den hoy un giro de 180 grados.
Muñiz no ha escondido que su «prioridad no es la UEFA, sino la Liga». Y hace bien. Es ésta la que da tranquilidad y la que define una temporada como éxito o fracaso. Sin embargo, sería absurdo despreciar la competición europea después de la expectación que levantó tras el éxito de la temporada pasada. Y la suerte que tiene el entrenador es que delante tendrá a un Honka Espoo que no tiene nada y que pudo salir goleado de Santander a poco que los arietes verdiblancos hubieran disfrutado de algo más de puntería. Aquel día el técnico asturiano apostó por rotar, por dar entrada a los menos habituales y con eso le sobró para mostrarse superior. Hoy no se liará la manta a la cabeza. Volverá a confeccionar un once que mezcle jugadores titulares con otros menos habituales dando consistencia, sobre todo, a la defensa.
El Racing deberá defender el 1-0 que consiguió en El Sardinero. Los verdiblancos saben muy bien que, firmando un gol, tienen los dos pies en la fase de grupos ya que los anfitriones deberían marcar tres para pasar de ronda, algo para lo que no parecen capacitados. Sin embargo, Muñiz no tiene mucho dónde elegir para otorgar las responsabilidades ofensivas. Munitis y Tchité están lesionados, por lo que el ataque le corresponderá a Juanjo y Pereira, el autor del gol en el encuentro de ida.
La entrada de Lacen, Coltorti, Sepsi o César Navas de inicio podrían ser las otras novedades. El técnico está atado de pies y manos para cambiar de nombres en las bandas porque no tiene más. Pero menos tienen los finlandeses. Hoy es un día para ganar con fútbol y los verdiblancos lo tienen. Más que sus rivales. Sólo hay que demostrarlo sobre el tapete del Finnair Stadium de Helsinki con la ventaja de que el rival es de los que deja jugar y que, lejos de esperar a resguardarse atrás, está obligado a buscar un gol, lo que debería facilitar el trabajo ofensivo de los cántabros.
Fuente: Alerta