Damián Ísmodes se incorporó al Racing en el mercado de invierno, pero hasta la fecha no ha sido posible su presencia en las convocatorias de Marcelino por una lesión que le impide entrenar con normalidad.
-¿Cómo va de su lesión?
-Bueno, va mejorando estoy trabajando ya con carrera y tocando algo de balón para ir recuperandome y poder incorporarme al grupo. Espero que el plazo para mi total recuperación sea de una semana como máximo.
-¿Una dolencia molesta?
-Es una tendinitis rotuliana y la misma comenzó a molestarme en enero, en la pretemporada. Hay que tener en cuenta que nosotros terminamos la competición en diciembre. Al comenzar a entrenar fuimos a correr por la playa y allí se inició. Después llegó lo de venir al Racing y recalé aquí con muchas ganas e ilusión y me puse a entrenar como un loco. Las molestias volvieron y la dolencia se agravó ya que se me movió la rotula. Tuve que parar y estar a disposición de los doctores ya que tenía un dolor muy intenso y no podía doblar la rodilla. En el fútbol hay que correr, se para en seco y se sale en velocidad en los regates. Yo no lo podía hacer ya que el dolor era intenso.
-¿Cómo se siente al llegar al Racing y no poder jugar?
-Muy mal, llegas con mucha ilusión y de repente se viene todo abajo. Yo estoy aquí sólo ya que no he podido traer a mis padres, todavía, y los días fueron muy complicados para mi. Pero tengo que decir que todos mis compañeros me ayudaron en esos días tan complicados. Lo pase mal, pero pude conocer la calidad humana de mis nuevos compañeros. Me hablaban y me decían que estuviese tranquilo, que estas cosas pasan. La verdad es que no te das cuenta lo mal que se pasa hasta que no lo sufres de forma personal.
-¿Qué conocías del equipo santanderino?
-Tenía más conocimientos de la trayectoria del club, pero no de la plantilla. Cuando llegué me quedé gratamente sorprendido del nivel que tenían. A esto hay que unir que hay muy buen ambiente en el 'camerino' (vestuario). Esto es importante en una actividad colectiva.
-¿Cómo pasas del día?
-La mayor parte de las horas las dedico a trabajar para recuperarme, después suelo pasear un poco para conocer la ciudad que realmente es muy linda, es pequeña, pero realmente bella. Aquí lo que menos me gusta es el frío que hace, realmente hace mucho frío.
-Por tu parecido ¿le han confundido con Robinho?
-No, yo no tengo la impresión de parecerme a él ni en lo físico ni en lo deportivo. Todo empezó en Lima, por una broma, pero nada más, la cosa no pasa de esto.
-¿Dónde piensa que puede llegar el equipo después de caer en la Copa?
-Sería magnífico clasificarnos para la UEFA, pero no es fácil y tendremos que trabajar muy fuerte para conseguirlo en los partidos que restan hasta el final. La pena fue la eliminación de la Copa del Rey. Jugamos un gran partido, merecimos vencer al Getafe, pero el balón no quiso entrar, fue una pena. Creo que la suerte no estuvo con nosotros y eso nos falló.
-¿Entrar en la alineación una vez recuperado será complicado?
-Se que la cosa no esta fácil. Llevo desde diciembre sin jugar y físicamente no estoy bien, pero estoy trabajando para romper estas circunstancias. Me gustaría jugar cuanto menos un partido esta temporada o cuanto menos entrar en la convocatoria. En el peor de los casos me pondré a punto para comenzar de cero la campaña que viene.
-Hasta ahora inédito. ¿Cómo se define?
-Me gusta jugar rápido, tocarla y desbordar en velocidad, también encarar el uno contra uno e incorporarme al ataque.
-¿Qué opinión tiene del entrenador Marcelino?
-Le conozco poco, pero hasta la fecha he comprobado que se lleva muy bien con los jugadores y al mismo tiempo es exigente en el trabajo, no es fácil conseguirlo pero lo hace muy bien.
-¿La afición de El Sardinero qué le ha parecido?
-Es diferente a la que yo estaba acostumbrado en Lima, allí son más expresivos y explosivos. Pero aquí he visto que el campo está casi siempre lleno y que apoyan mucho al equipo. Es diferente pero está muy bien. A los seguidores del Racing les diría que estén siempre con el equipo tanto en los momentos buenos como en los malos.
Fuente: El Diario Montañés